La infancia es una etapa clave en el desarrollo de la salud bucodental. Detectar a tiempo posibles alteraciones en la posición de los dientes o en el crecimiento de los huesos maxilares permite aplicar tratamientos ortodónticos más eficaces, cómodos y menos invasivos.
Desde Clínica Dental Vilaboa, especialistas en ortodoncia infantil en Madrid, te contamos cuáles son los tratamientos de ortodoncia más comunes en niños, cuándo conviene acudir al ortodoncista y cómo podemos ayudarte a cuidar la sonrisa de tus hijos desde el primer momento.
¿Qué es la ortodoncia infantil y qué soluciona?
La ortodoncia infantil es una rama de la odontología que se ocupa de prevenir, diagnosticar y corregir alteraciones en la posición de los dientes y en el desarrollo de los maxilares durante la infancia y la adolescencia. A diferencia de la ortodoncia en adultos, este tipo de tratamiento aprovecha el crecimiento óseo del niño para guiar el desarrollo de la estructura facial de forma funcional y armónica.
Además, la ortodoncia infantil no solo mejora la estética de la sonrisa, sino que tiene un impacto directo en la salud bucodental, el desarrollo facial y el bienestar general del niño.
Beneficios de la ortodoncia infantil
Iniciar el tratamiento de ortodoncia en el momento adecuado aporta ventajas significativas tanto a corto como a largo plazo.
- Guiar el crecimiento de los huesos maxilares: permite corregir desequilibrios en el desarrollo de la mandíbula y el maxilar superior, evitando maloclusiones que podrían requerir cirugía en la edad adulta.
- Facilitar la erupción de los dientes permanentes: una intervención temprana puede crear el espacio necesario para que los dientes definitivos salgan en una posición más adecuada.
- Mejorar la función masticatoria y respiratoria: una mordida correcta facilita la digestión, mejora la pronunciación y, en algunos casos, incluso favorece una mejor respiración nasal.
- Corregir hábitos orales perjudiciales: la ortodoncia interceptiva ayuda a eliminar hábitos como la succión digital, el uso prolongado del chupete o la respiración oral, que puede afectar al desarrollo de los maxilares.
- Reducir la necesidad de tratamientos complejos en el futuro: detectar y corregir problemas en la fase temprana reduce la probabilidad de que se agraven con el tiempo.
- Mejorar la autoestima y la seguridad del niño: una sonrisa armónica influye positivamente en la percepción que el niño tiene de sí mismo y en sus relaciones sociales.
Tipos de ortodoncia infantil
A la hora de elegir el tratamiento más adecuado, es fundamental realizar una valoración individualizada. En nuestros tratamientos de ortodoncia infantil en Madrid, analizamos cada caso teniendo en cuenta la edad, el tipo de maloclusión y el desarrollo óseo, para ofrecer soluciones eficaces y adaptadas a cada etapa del crecimiento.
Ortodoncia funcional o interceptiva
Este tipo de ortodoncia suele aplicarse entre los 6 y los 11 años, una etapa en la que todavía conviven dientes de leche con dientes permanentes. Su función principal no es alinear los dientes, sino guiar el crecimiento de los huesos maxilares para prevenir problemas mayores en el futuro.
Se utiliza en casos como paladares estrechos, mordidas cruzadas o desviaciones mandibulares. También puede ser útil para corregir hábitos perjudiciales, como la respiración oral o la succión del pulgar. La gran ventaja de la ortodoncia interceptiva es que, al actuar pronto, puede evitar tratamientos más complejos o largos en la adolescencia.
Ortodoncia invisible
En los últimos años, la ortodoncia invisible se ha convertido en una opción muy valorada también entre niños y adolescentes, ya que permite corregir problemas de alineación y mordida mediante férulas transparentes, removibles y prácticamente imperceptibles.
Estos alineadores se fabrican a medida y deben llevarse durante la mayor parte del día. Son cómodos, no producen rozaduras y permiten mantener una higiene bucal más sencilla. Sin embargo, requieren un gran compromiso por parte del niño o adolescente, ya que su eficacia depende del uso constante y correcto.
La ortodoncia invisible es una alternativa excelente para aquellos jóvenes que valoran la discreción y la comodidad, sin renunciar a un tratamiento eficaz y personalizado.
Ortodoncia clásica con brackets metálicos
La ortodoncia tradicional sigue siendo una de las herramientas más eficaces y versátiles para corregir malposiciones dentales y problemas de mordida. Suele emplearse cuando el paciente ya ha completado el recambio dental, alrededor de los 11 o 12 años.
Los brackets metálicos permiten un control muy preciso del movimiento dental y se adaptan bien a todo tipo de casos, desde los más sencillos hasta los más complejos. Además, muchos niños y adolescentes disfrutan personalizándolos con ligaduras de colores, lo que puede convertir el tratamiento en una experiencia más motivadora.
Aparte de su visibilidad, sigue siendo una opción muy recomendable por su eficacia, resistencia y coste accesible.
Ortodoncia estética
Para los adolescentes que necesitan brackets pero buscan una solución más discreta, la ortodoncia estética es una gran opción. Este tipo de ortodoncia utiliza brackets fabricados con materiales como la cerámica o el zafiro, que se integran con el color natural del diente y resultan mucho menos visibles que los metálicos.
Este tipo de ortodoncia ofrece los mismos resultados que la convencional, pero con una ventaja estética evidente, lo que puede mejorar la actitud del adolescente ante el tratamiento y reforzar su autoestima. Sin embargo, requiere una higiene más cuidadosa y un seguimiento seguro, ya que los materiales pueden ser algo más frágiles.
La ortodoncia infantil no solo corrige la posición de los dientes, sino que es una inversión en salud, desarrollo y bienestar para el futuro de nuestros hijos. Detectar a tiempo cualquier alteración y aplicar el tratamiento más adecuado en cada fase del crecimiento puede marcar una gran diferencia.
Nuestros dentistas en Madrid están especializados en ortodoncia infantil y te ayudarán a resolver cualquier duda sobre el desarrollo bucodental de tu hijo. Solicita una primera valoración y recibe un diagnóstico personalizado, claro y sin compromiso.