Desde que son bebés, es recomendable que los padres limpien las encías de sus hijos después de cada toma con una gasa y que comiencen a cepillar los dientes tan pronto como se vean en la boca. Este es un buen momento para llevar a los niños a su primera revisión odontológica antes de los tres años, aunque no se haya detectado ningún problema.
Los dientes temporales pueden sufrir caries y otros problemas que, en ocasiones, pueden pasar desapercibidos si no se realizan pruebas complementarias, como las radiografías. Asimismo, algunos hábitos nutritivos (lactancia materna, biberón, etc.) y no nutritivos (chupete, chuparse el dedo, etc.) pueden producir estas patologías.
En cuanto comienzan a erupcionar los dientes definitivos, pueden aparecer alteraciones esqueléticas durante el desarrollo. Estas deben tratarse de forma precoz ya que, si no, puede afectar a la estética facial y funcional debido a que el hueso es menos maleable en estas edades.
Estos tratamientos suelen requerir de una segunda fase con aparatología fija. Por ello, es importante que se realicen visitas periódicas al dentista.